sábado, 5 de marzo de 2011

Trabajando en Febrero

No es el título de una película de terror, ni un mal sueño. Fue mi triste realidad durante mis cortas vacaciones.

No es que me esté muriendo de hambre ni que tenga que trabajar para pagarme la U, simplemente sentí la obligación de aportar algo para la compra de mi nuevo computador, luego que me tropezara con el cable del antiguo y le quebrara la tarjeta madre. Más encima por las exigencias de la carrera no me iba a salir muy barato el asunto.

La cosa es que conseguí trabajo en Santiago, porque era casi imposible en mi pueblo (Rancagua) que solo necesita gente que explotar durante las ventas navideñas. Así que conseguí trabajo en hmm… póngamosle Ideas&casa (!?). Que por fuera se ve como una tienda bastante agradable y donde se venden todo tipo de cosas “lindas”.

El problema fue que desde hace un tiempo que vengo leyendo un libro muy recomendable que se llama The story of Stuff que salió luego de un documental que circula en yutú, que trata básicamente el tema medioambiental, con cifras y datos que dan diarrea y pánico, como por ejemplo que las poleras de Disney se fabrican en Haití por señoras que trabajan cerca de 14 horas por 5 dólares, que todo lo que consumimos está lleno de materiales tóxicos como el PVC y que las grandes corporaciones se cagan en nuestras caras, sin que nadie haga nada. Y yo metido en el epicentro del consumismo, el retail. Viendo cómo viejas ociosas compraban inutilidades como porta mazorcas, centrífugas de ensalada, mini ralladores, porta bolsas de té y un gran etc.

En la tienda el ambiente de trabajo era grato, salvo que siempre las ordenes y responsabilidades vienen de arriba, como buena gran empresa sin rostro. Pero era asqueroso como te intentan lavar el cerebro haciéndote pensar que entregas un buen servicio cuando lo que haces en realidad es meterle los productos por la garganta a la gente. Nos entregaban un mini librito (así como el libro rojo de Mao) que todos debíamos portar y que contenía los mandamientos de la tienda como:

-Saludar al cliente con una sonrisa de 20 cm… (es físicamente posible eso?)

-Atacar al cliente con preguntas como: qué busca?, lo ayudo?, le recomiendo algo?

-Entregarle un canasto para que sienta inconscientemente la necesidad de llenarlo

-Hacer ventas cruzadas, o sea si te compraban un individual, tratabas de venderle el plato, los cubiertos, un porta mazorcas (¿?), un guatero de manos, un porta papel higiénico, un papelero, un poza papelero y una linda alfombra.

No sé cómo la gente que estudia cosas relacionadas con economía y negocios no siente la imperativa necesidad de suicidarse por el mal que le hacen al planeta, o de intentar hacer algo (siendo menos dramáticos), partiendo porque está comprobado que el capitalismo no es una buena opción simplemente porque no es amigable con el planeta ni sustentable y porque mientras más se venda, mientras más necesidades se le creen a la gente y mientras se abran más mercados y fábricas de inútiles porta mazorcas de PVC es mejor para ELLOS, no para nosotros.

Así que decidí hacer algo: combatir al enemigo desde adentro, partiendo por hacer ver a los clientes que podían poner sus mazorcas en los platos de su casa y que no necesitaban gastar $1.000 en una gueá de un único propósito. Lo mejor fué cuando supe que mi sector era el que menos ventas generaba. Si sé que era muy idiota mi revolución, pero me sirvió de equilibrio kármico aparente.

Cabe destacar también el maquillaje de precios que ahí si que es la cagá, de un día para otro tenía que poner sellos de 9.990 a productos que el día antes costaban 4.990, y que cuando la gente sacaba los sellos se daba cuenta del precio original, supuestamente uno tenía que explicarle que el producto estaba “mal rotulado desde la fábrica”. Así de repugnante. Menos mal que cuando la gente exigía que les respetaran el precio, se hacía. Así que de vez en cuando dejaba algún producto sin rotular, que obviamente pasaba por un despiste mío. Hasta me costó una discusión con una compañera que se enojaba como si le estuviesen robando a ella, cuando la gente se daba cuenta. Yo le dije que probablemente esos productos no costaban ni un cuarto de 4990 y que la empresa en realidad nunca pierde, pero era como hablar con una muralla, una muralla que prefería que le sobaran el lomo en la tienda por su arduo trabajo en defensa de los intereses de ésta, y que más encima no tenía opinión política junto a otro compañero.

Y si hay algo que me empelota es que la gente se defina como apolítica, porque TODO es política. Prefiero que a alguien le guste Piñera con argumentos que alguien que ni se inmute frente al alza del pasaje, a la venta de nuestros recursos naturales (Hidroaysén y Termoeléctricas varias) y simplemente diga: “ay! es que no me intesesa la política”.

Si no somos los ciudadanos los que nos manifestamos no va a llegar “alguien” con una solución mientras estamos en nuestras casas viéndole las tetas a la Marlén en Morandé con compañía.

Sé que no se puede ser tan fundamentalista en la vida, si fuera por eso no podríamos ni comer tranquilos, pero creo que algo que nunca está de más es estar informado para hacer pequeños cambios en nuestro entorno.

Y aquí le dejo algunos tips de compras en Ideas&casa (si es que necesitan algo de ahí realmente):

-No vaya con la ilusión de los carteles que dicen 60% de descuento, generalmente se aplica a porta salsas, posa vasos y gueás chicas más que a manteles y cojines.

- Cuando vea que un producto tiene pegado un sticker encima de la etiqueta, o varios uno encima del otro, retírelos y fíjese si la etiqueta original tiene un menor precio, si lo tienen, FELICIDADES! se ganó un descuento

-No acepte canastos

-No compre inutilidades sólo porque son bonitas si sabe que en un par de meses por su calidad o inutilidad van a estar en el tarro de la basura.





No está muy alejado de la realidad el opening de Los Simpon de Banksy


Ps: creo que es bastante evidente el nombre ficticio, ojalá que no me pillen y demanden.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

diego, te quiero, yo también pienso igual :S...vuelve a santiago pronto, hay q hacer cosas antes de entrar

Anónimo dijo...

soy la pauli

Manuel dijo...

Muy bueno tu post. Y sipo, a mí tb me carga la gente que se define apolítica. Los griegos llamaban "idiotes" (de donde viene idiota) a quienes no mostraban interés por los asuntos públicos.
Gracias por los consejos

. dijo...

AUN TIENES DESCUENTO DE EMPLEADO?!?!?

NECESITOOOOOO POR LO MENOS UNOS 5 PORTA MAZORCA OMG COMO NO HABIA ESCUCHADO DE ELLOS !!!

NoSoyYo dijo...

No había visto ese opening, quedé pa la cagá, usté conoce la sensibilidad que tengo con el tema.
Lo mejor de que trabajarás fueron los almuerzos llenos de análisis políticos y económicos y aunque fueramos nada mas que un par de pelagatos al final de cadena empresarial combatieramos el capitalismo desde dentro como bautizamos a la práctica.